miércoles, 19 de febrero de 2014

El rey de la parodia


Esa tarde éramos Peri, el buen Larry y yo; Durazno, charlando sobre cómics de calidad como Juanito y los clonosaurios. Nadie entendía nada de lo que decíamos, como era lógico, no porque nuestro nivel cultural o intelectual fuera mucho mayor sino porque cada quien hablaba en su dialecto y apenas nos entendíamos. El chat de Subcultura tenía el tráfico compuesto por la gente cálida de siempre que se conectaba porque sí, para no decir absolutamente nada.

Yo me encontraba de mal humor ya que ese día al despertarme me había encontrado a un perro cogiendo con un chimpancé. Resulta que ese perro era mi gato disfrazado y el chimpancé era mi hermana dandome la espalda.

Fue entonces cuando llegó Joseko-el rey de la parodia-pero. Lo reconocí entre la masa humana de gente solitaria y sin esperanza por su cabeza ovalada que se asemejaba a un limón estrujado. Traía con él un maletín lleno de spam, listo para agarrar a cualquier recién registrado y acosarlo brutalmente hasta que faneara su webcómic, Ataque a los giganteses, la nueva parodia que estaba haciendo furor entre los jardines de infantes.





En aquellos días no se hablaba en Sub de otra cosa que del concurso de Ataque a los giganteses, en el cual se sorteaba nada más y nada menos que un flamante Fan-Art de su obra para el afortunado ganador. Era una suerte de Charlie y la fábrica de chocolate en versión Subcultura. Joseko y la fábrica de wedcomics.

Los peces gordos habían tratado de sobornarlo con clases de dibujo y putas para ser galardonados con tan alto honor, pero el se mantuvo inflexible. Algunos dicen que no los aceptó porque era un artista honesto. Otros opinan que él no pensaba mejorar nunca y que le tenía miedo a las mujeres.

Una chica se conectó en ese momento. Joseko en lo que dices "Pobre dibujo" ya había visto que ella era recién registrada y volvía para atacar.

-Hola, bienvenida, no sé si has escuchado hablar de este cómic-dijo y pasó el link de los giganteses. La chica se desconectó al instante-. Mujeres, ¿quién las entiende, cierto? ¡Espindret, dame tu flor!

No hacía falta que dijera eso para darnos cuenta de que Raruto le había quemado la cabeza. Yo temblaba de indignación en mi silla de plástico, porque de tanto que Joseko espantaba chicas, los buitres del chat como piromanoloco comenzaban a deprimirse. 

Le pasé esta foto a Joseko.


 Eran él y su amante, kibawolf, un novelista con cierto reconocimiento, ex-modelo de Victoria's Secret. Esto provocó su ira, pero en vez de irse se cagó en todos los ancestros de quien hubiese tenido el atrevimiento de hacer tan infame obra. 

Todos comenzaron a hacer retratos de esa fotografía. Joseko se sintió intimidado por el talento de los más superiores a él. Amenazó con llamar a lyrag sino se enteraba de quien era la mente detrás de esa infamia. Se me erizaron los pelos de la moderación al oír nombrar a la inombrable que descansa en las tinieblas, por lo que acepte mi culpa. Me llamo jodido y se largó.

Festejamos la victoria como los grandes, descorchando una manaos y comiendo alfajores Jorgito. Qué inocentes fuimos. No obstante, de la nada ¡ZAS! Joseko echando llamas por los ojos y amenazando con aplastarme como un gigantes a un arbusto.

Fue entonces cuando Peri acudió a mi auxilio con un chipote chillón y una capa blanca. Rajó a puteadas a Joseko, con una bilis que no se le hubiera adivinado. El encontronazo fue de tal calibre que vinieron del Observador de Ubahai a cubrirlo, ganandole al New York Times, quien se tuvo que conformar con dedicarle sólo 20 páginas. El legendario periódico "Periodismo de cartón" aun no había hecho su aparición en la escena macro-política mundial.

El rey de la parodia estaba cayendo. Quiso bromear para salir de la situación con estilo, pero los chistes de Raruto ya no le servían. Al poco tiempo se había ido nuevamente.

El día había sido más agitado que irse de putas en Lomas de Zamora. Tuve que tomarme un calmante y darme una ducha para bajar los desiveles. Al volver a mi computadora, tenía un mensaje privado. Había ganado el concurso de ataque a los giganteses.  

Fin.

3 comentarios: